n 1985, Mandela rechazó la oferta del presidente Pieter Willem Botha de
libertad condicional sobre la premisa de que el presidente no estaba
dispuesto a modificar su posición sobre el régimen del apartheid.
El gobierno del presidente Frederik Willem de Klerk liberó a Mandela en
febrero de 1990, después de legalizar el ANC y otros partidos
políticos. Mandela asumió el liderazgo del ANC y dirigió las
negociaciones con el gobierno entre los difíciles años de 1990 y 1994,
cuando en muchas ocasiones parecía que las negociaciones se iban a
romper y que estallaría la violencia.
En 1991, el régimen sudafricano
abrogó la última de las leyes que constituían la base legal del apartheid.
Mandela y De Klerk compartieron en 1993 el Premio Nobel de la Paz por
sus esfuerzos para establecer la democracia y la armonía racial en
Sudáfrica.
En mayo de 1994, tras las primeras elecciones generales en
las que todos los grupos raciales (incluidos los negros) tenían derecho
al voto, Mandela se convirtió en el primer presidente de raza negra de
la República de Sudáfrica.
Tras la aprobación parlamentaria, en mayo de
1996, de la nueva Constitución sudafricana, el propio Mandela la firmó
en diciembre de ese año ante miles de personas, en Johannesburgo,
poniendo así fin al periodo de transición democrática iniciado con su
salida de la cárcel en 1990 y significando también la desaparición del
gobierno de coalición formado por el ANC y el Partido Nacional de
Frederik Willem de Klerk.
Mandela se convirtió definitivamente, en 1997,
en un líder indiscutible de las relaciones internacionales africanas,
mediando en varios conflictos, como en el de Zaire (actual República
Democrática del Congo), que en la primera mitad de ese año acabó por
suponer el fin del régimen de Mobutu Sese Seko.
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